domingo, 9 de agosto de 2015

Viaje a Pamplona. Fiestas de San Fermín.

Con una semana de antelación, cuatro amigos y yo, planeamos nuestro viaje a Pamplona para disfrutar de las fiestas de San Fermín

Salimos alrededor de las 16h de la tarde del viernes día 10 de Julio de Ripollet (Barcelona) y llegamos sobre las 20:45h a Pamplona. Fuimos en un solo coche, y se hicieron un tanto pesadas las cerca de 5h que estuvimos los 5 en un mismo coche. El plan era dormir todas las noches en un parque para ahorrarnos los gastos de alojamiento, así que aparcamos cerca del parque Yamaguchi. Nada más llegar, fuimos a comprar la vestimenta típica de San Fermín. Yo ya llevaba camisetas blancas, pantalones blancos, y una faja roja, así que solo tuve que comprar el pañuelo rojo que me costó unos 3€.

Vestidos de San Fermín y listos para la fiesta.

Una vez vestidos, nos comimos los bocatas que traíamos de casa y preparamos 8 litros para llevarnos de fiesta, de los 25 litros de sangría que trajimos para hacer más amenas las noches. Nos dirigimos andando al centro por la calle avenida Bayona, y por el camino, a la altura de la plaza de la paz, nos paramos a ver los fuegos artificiales.

Fuegos artificiales en Pamplona
Cuando se acabaron los fuegos, fuimos hacía la plaza del Castillo (centro de Pamplona) para ver el ambiente y disfrutar de la fiesta. A lo largo de la noche dimos vueltas por las calles llena de juventud, llenas de fiesta y de gente con litros de sangría en el cuerpo. Nos encontramos hasta conocidos de nuestra misma ciudad en los lavabos de un Kebab céntrico.

La noche se hizo larga, y alrededor de las 6  de la mañana ya estaba exhausto. Antes, a todos nos entró hambre y yo me compré un bocadillo de jamón serrano y pimientos verdes por 5€, mientras que ellos comieron kebabs. Nos pusimos a hacer cola en las taquillas de la Plaza de toros de Pamplona para poder ver el final del encierro de las 8h de la mañana. La entrada nos costó 6€, pero pudimos ver el final del encierro y disfrutar de las cornadas de las vaquillas que sueltan al final, para (según el speaker) el divertimiento de los allí presentes.

La plaza estaba llena hasta la bandera, y después de ver las cornadas de las vaquillas, había un espectáculo de burladores de toros, pero ya no nos quedamos a verlo, estábamos muy cansados (ya llevábamos más de 24 horas despiertos)

La plaza de toros llena, con una de las vaquillas suelta
Nos fuimos a dormir sobre las 9:30h de la mañana al parque Yamaguchi (a unos 20 minutos andando del centro) donde teníamos el coche. La primera noche, casi no pude dormir, íbamos preparados con los sacos para dormir, pero aún así fue muy muy complicado conciliar el sueño.

Nos despertamos o más bien nos levantamos sobre las 13h y nos aseamos en un McDonalds cercano. Fuimos a comer unos pinchos (platos típicos de la región) por los alrededores de la plaza del Castillo.
Yo comí pincho de carne de toro, de chipirón y de bocadillo de lomo con pimientos. Los tres pinchos sumaron 7,50€ y mi estómago quedó satisfecho.

Yo, haciendo turismo en el parque Yamaguchi 
Por la tarde, después del café, algunos durmieron pero yo me fui solo a ver un poco más de Pamplona.

Ambiente de noche en Pamplona.
Ya por la noche, volvimos al centro a disfrutar de la fiesta. Los locales donde habían música estaban sobre-saturados, realmente no te puedes mover y el suelo está muy sucio, por no hablar de los lavabos en general. La suciedad es algo inherente en los sitios masificados, como era el caso de Pamplona por esas fechas. El ambiente festivo estaba presente en cada esquina.

De madrugada nos volvió a entrar hambre, así que mientras ellos repetían con un Kebab, yo me decanté por un bocata de tortilla de patatas calentito por unos 5€.

Por la mañana intentamos correr los últimos metros del encierro, ya que así podíamos entrar en la plaza gratis, pero por falta de información al final no pudimos. Todo el mundo que quiera participar en el encierro, debe de ir a la plaza del ayuntamiento, pero nosotros no queríamos correr tanta distancia por miedo a que nos alcanzasen los toros, sin embargo, a posteriori supimos que desde el ayuntamiento abren las puertas 5 minutos antes de soltar a las bestias, para que puedas llegar hasta la plaza de toros sin problemas o sin apenas correr.

Al final vimos muy poco del encierro, pero para otro año ya tenemos la información suficiente para movernos mucho mejor. Nos fuimos a dormir de nuevo sobre las 9h (esta vez dormimos mejor) y cuando nos despertamos sobre las 14h fuimos a comer una pizza al Telepizza y pusimos rumbo a Ripollet de nuevo.

En resumen, ir a las fiestas de San Fermín es algo que hay que hacer alguna vez en la vida para vivir el ambiente (eso si, un ambiente bastante de borracho). Hay diversión y conoces a mucha gente, si hay que ponerle algo negativo es la suciedad y el mal estado de todos los lavabos en general. En cuanto a lo económico el costé total de los dos días fue de unos 76€ contando todo (comida, bebida, gasolina, peajes, fiesta...)

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