Mi día 4 en Múnich, empieza a las 10h de la mañana, mi amigo se fue a trabajar a las 6h y yo me quedé un ratito más durmiendo. Tenía toda la mañana entera para mí sólo. Decidí hacer algo productivo e ir al supermercado a cambiar latas de cerveza vacías por dinero, si habéis leído bien, en Alemania ¡te pagan por reciclar!. En algunas superficies existen máquinas automáticas donde insertas la lata o botella y la máquina te da entre 0.25€ o 0.50€ céntimos en función del tamaño (si, en este caso el tamaño importa).
Una vez conseguido mi cambio, me dirigí andando de Poccistrasse al recinto Theresienwiese (Prado de Teresa) o más conocido como Münchner Oktoberfest, donde se celebra anualmente una de las fiestas más típicas de Múnich, el Oktoberfest. El recinto, es una explanada sin edificación alguna (cuando fui, solo había nieve), y está vigilado por una colosal estatua de bronce de la diosa Bavaria.
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Estatua de la diosa Bavaria en Theresienwiese |
Merodeé durante una hora por esos lares, y me dirigí al metro en busca de algún lugar que me quedara por descubrir antes de partir el siguiente día de nuevo a casa. Cogí la linea de metro U6 en Poccistrasse, cambié de linea en Marienplatz y cogí la linea de tren S4 dirección Ostbahnhof para bajarme en Isartor y chafardear un poco lo que había por allí. El Isartor en Isartorplatz, es una de las cuatro puertas principales de la muralla medieval de Múnich. Fue construida en 1337 y sirvió como una fortificación para la defensa de la ciudad. Es la puerta más cercana al río Isar.
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Imagen de Isartor |
Callejeé durante media hora, y me desorienté un poco. Pregunté a una persona que paseaba por la calle sobre como llegar a Marienplatz andando. Subí por la calle Tal (si, se llama así), mientras aprovechaba para hacer unas últimas fotos a la ciudad.
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Haciendo las últimas fotos. |
Una vez llegué al centro, volví a casa para comer. Esperé a mi amigo y limpiamos un poco la casa durante la tarde y también nos viciamos un rato a la play. Por la noche, salimos a cenar algo al Hofbraeuhaus de nuevo.
Ya en el local, pedí codillo (un plato típico de la región), más una cerveza de 1L. El plato de codillo costó 18,90€ y la cerveza 8€, así que con eso, gasté prácticamente todo el presupuesto que me quedaba para este viaje. Mi amigo, pidió un Wiener Schnitzel, o lo que es lo mismo, una chuleta de ternera que le costó 17,80€. Cabe decir, que con un plato de esos te quedas bien satisfecho e incluso te sobra comida si no eres de cenar grandes cantidades de alimentos. También, aproveché para probar el pan típico de allí llamado Bretzel, que no es muy bien un pan porque tiene forma de lazo y es salado, pero sirvió para mojar la deliciosa salsa de mi codillo.
Después de la suculenta cena, fuimos al apartamento a dormir, ya que él madrugaba y yo tenía un vuelo que coger al día siguiente.
Pd: Próximamente, Viaje a Múnich. Día 5
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